Hubo un día en que alguien vino a mí, y al estar en su dulce compañía, comprendí que eso era el principio, el verdadero principio de mi vida...
Hubo un día en que unos ojos me miraron, y en lo profundo de su luz, de su ternura, sentí que toda mi tristeza se perdía, que toda mi esperanza renacía...
Hubo un día en que descubrí el sentido de mi vida, ya no tenía que buscar, más lo presentía...
Hubo un día en el que sentí el placer de poder amar, sin tiempo, ataduras, miedos, ni medidas...
Hubo un día en el que no precisé de palabras, para lograr que me entendieran, me sintieran...
Hubo un día en que alcancé mi estrella, para poder alumbrar mi fe, mi paz y mi alegría...
Hubo un día en el que descubrí el amor, y mi alma se lleno de luz, de fantasía...
Hubo un día en que descubrí el sentido de mi vida, fue aquel día cuando comprendí que te quería...
La noche quedó atrás, un nuevo día se asoma en tu horizonte de ventura. En lo que fuera llanto, hay alegría en lo que fue rencor, hoy hay ternura.
Ya eres otro. Bajo el conjuro de la palabra "Amor" te has superado. Todo es más noble en ti. Todo es más puro, porque todo de amor se te ha llenado.
¡Amar y solo amar! Esa es la clave que mueve al universo, a la vida. Lo duro de la senda es más suave si tú puedes decir: "Ama y olvida".
Amar a Dios, a ti, al mundo entero. A los que tú conoces, al extraño, al rico, al poderoso, al pordiosero, al que te da la paz o te hace daño.
¡Tú ya eres otro!, porque has podido arrancar la cadena que te ataba a tu eterno "Imposible", y has sabido trasponer el dolor que te agobiaba.
Llena tu mente de las cosas buenas, de las cosas positivas que construyen y deja en el ayer todas tus penas, las negaciones que todo lo destruyen.
Tu hogar será de dicha, y en los tuyos hallarás el "Por qué" de tu camino. Y todo para ti será de orgullo, y tus hijos tendrán otro destino.
Y tú que eres soltera, buscarás, no al hombre que halague tus sentidos, sino al alma que te comprenda más, porque el alma hace al hombre y no el vestido.
La noche quedó atrás. Un nuevo día se anuncia en el dintel de tu ventana. Ya no dejes que escape tu alegría ni que vuelva el ocaso a tu mañana.
Ya no vivas de ayeres, de lamentos. Ya no suenes tu nota discordante. Piensa siempre en todos tus momentos, ¡que la vida comienza a cada instante!