POEMA DEL DESENGAÑO
Y comenzamos juntos un viaje hacia la aurora como dos fugitivos de la misma condena lo que ignoraba entonces no he de callarlo ahora ¡No valías la pena!.
Ya llegaba el otoño y ardía el mediodía sentí sed, vi tu copa, pensé que estaba llena pero acerque mis labios y la encontré vacía ¡no valías la pena!.
Te di a guardar un sueño pero tu lo perdiste o acaso abrí mis surcos en la llanura ajena es triste, pero es cierto, por cierto es triste ¡no valías la pena! .
Me alegré por tu risa, me apené con tu llanto sin pensar que eras mala, sin creer que eras buena te canté mis canciones y a pesar de mi canto ¡no valías la pena!.
Fuiste el amor furtivo que va de lecho en lecho y el eslabón amable que es mas que una cadena pero hoy puedo decirte sin rencor ni despecho ¡no valías la pena!.
Me queda el desencanto del que enturbió una fuente O acaso el desaliento del que sembró en la arena Pero yo no te culpo, te digo simplemente... ¡no valías la pena!.
Angel Buesa (cubano)
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