Brindis por un instante
Voy a bordar de tibias lentejuelas este instante que es mío, a tapizar de fresas y esperanzas su borde inmaculado.
Mientras mañana, o todos los momentos que velan tras el muro de las horas permanezcan ocultos, voy a tomar alegre de la mano el sol que ya comienza a besar mi butaca, el vaivén de las hojas que sobrepasan libres los últimos balcones, el perro que dormita confiado. Voy a beber la copa del silencio que siembra paz y amor en el ambiente para elevar un brindis de ternura por el dulce recuerdo de todos mis amigos.
Ahora, cuando el pájaro del sueño revolotea lejos de mis cuatro paredes, voy a gustar el vino sorbo a sorbo de este instante de luz que me acompaña.
TERESA BERENGUER
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