Lentas Las Horas
Nunca tuve unas horas tan breves o tan largas,
ni tuve nunca un suelo tan alto y tan quebrado,
ni tanta fé en amante cuyas palabras fueron
firme espolón de proa antes de ser naufragio.
Entendemos las cosas, no a base de experiencia,
sino por acoplarlas a nuestra imagen, pasos
que no van a una meta, sino a nosotros mismos,
ficción que en nuestra propia mente configuramos.
Un doble mundo, oculta su realidad de piedra
bajo la orfebrería que vamos fabricando;
hasta que repujados, filigranas, viñetas,
se derriten de olvido, decepción, desencanto,
y aparecen las cosas como siempre lo fueron,
y no entendemos como nos volvimos incautos.
Ay, que el amor reviste de técnicas de seda
perfiles que lucieran vestimentas de esparto.
Torna a cobrar el tiempo su dimensión genuina,
de sus alas de espuma vuelve a sus pies de barro.
Que lentas son las horas cuando ya no se espera,
y que sordos los ecos del amor defraudado.
Los Ángeles, 14 de febrero de 2010
Francisco Alvarez Hidalgo