Muchas veces buscamos la opinión de otras personas. Pero muchas veces, lo que buscamos es que nos digan lo que queremos escuchar. Y no paramos hasta encontrar a alguien que nos diga precisamente eso que queremos escuchar.
La dama que se hace un nuevo peinado, y va corriendo de amiga en amiga, hasta que consigue a alguna que le diga que le quedó “espectacular”.
El niño que hace un dibujo, abstracto para la mayoría, y va preguntándole a las personas qué ven en su hoja, hasta que consigue a alguien que le responde lo que él quiere escuchar.
La persona que toma una decisión, y va consultando a sus amigos hasta que alguien le responde acerca de lo acertada de dicha decisión.
Y es que a veces nos preocupamos por buscar esa opinión que queremos escuchar, que no nos preocupamos por analizar nosotros si hicimos bien o mal, si fue tomada a tiempo o a destiempo, si trae más beneficios que contratiempos o problemas.
En mi trabajo consigo a muchas personas que me preguntan acerca de algo, y luego de responderle, van corriendo a consultar a otras personas, hasta que consiguen a alguien que está de acuerdo con lo que ellas exponen, y entonces esa persona (con la asamblea presente) vuelve a hacer la consulta, para conseguir la misma respuesta…
Luis Castellanos