A los seres humanos nos gusta hacer juicios precipitados. Tenemos opiniones acerca de todo, incluso cuando no sabemos nada de esos temas.
Desperdiciamos gran cantidad de tiempo haciendo predicciones, estimando, especulando, decidiendo y criticando, habitualmente sin ningún fundamento.
La mayoría de las veces que comprendemos las cosas en función de lo que sabemos de nosotros mismos, lo que a menudo puede ser muy pobre, desde luego.
De ésto se deduce que una mejor comprensión de nosotros mismos nos conduciría más cerca de una comprensión de los demás.
Cuando somos capaces de aceptar los modos imprevisibles que tenemos de comportarnos y de pensar, podemos llegar a tener más claro por qué los demás hacen lo que hacen y piensan lo que piensan.
Un viejo adagio indio dice:
Que no podemos comprender a nadie hasta pasar una buena temporada en sus zapatos.
A esto yo añadiría que debemos considerar el estar más cómodos en nuestros propios zapatos, antes de intentar introducirnos en los de otro.
Desconozco su autor