Hay cosas lindas y hermosas por sentir, pero hay otra más grande que es vivir intensamente esta vida.
Es una aventura fascinante.
Pero, ¿cuándo nos damos cuenta que es así, si ahora estamos en el limbo y la incertidumbre no nos deja dar con el objetivo con el que trabajamos durante tanto tiempo?
Hoy es el momento, el instante de tomar la más grande de nuestras decisiones.
No importa en qué situación social, económica o de salud nos encontremos.
Hoy, aquí y ahora, comencemos a amarnos sinceramente, escuchando lo que nuestro niño interior nos dice. ¿Sabes qué nos pide?
AMOR, MUCHO AMOR Y COMPRENSIÓN.
Que no lo maltratemos con pensamientos negativos de uno mismo y hacia los otros.
Escuchando "esa vocecita", comenzaremos a hacer cosas buenas, por uno mismo y por los demás. Transformando los pensamientos negativos en sentimientos y acciones positivas, comenzará a brillar la luz de nuestro trascendental y último objetivo: la felicidad.
Comenzar a aceptar nuestra identidad y amar cada una de nuestras virtudes y defectos, es el camino hacia la felicidad.
Muchas veces, necesitamos reconciliarnos con nosotros mismos, perdonarnos y perdonar a los demás porque no son como "quisiéramos que fuesen".
Sanemos nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestra alma y nuestro cuerpo.
Esta es la tarea más loable de nuestra existencia; allí comienza nuestra felicidad y al elegir nuestra sanación estaremos contribuyendo a la sanación de toda la humanidad.
©Enrique Sartore