SAL FUERA DE LA CUEVA!
Cuando Jezabel se enteró de la muerte de los sacerdotes de Baal en manos del profeta Elías, se encendió en furia y envió un mensajero para anunciar al profeta que al día siguiente él iba a sufrir la misma muerte que los sacerdotes. La reacción de Elías no se hizo esperar, pero no fue la que estaríamos esperando de un profeta que clamó a Dios e hizo caer fuego del cielo sobre el altar de los sacrificios, después de desafiar a 450 profetas de Baal, y 400 sacerdotes de Asera. Elías decidió huír al desierto, y estaba tan abatido que se sentó debajo de un árbol para dejarse morir, pero Dios no abandonó a Elías en su desesperanza, sino que le envió un ángel para que lo alimentara y tuviese fuerzas para seguir su camino. Anduvo cuarenta días y noches por el desierto hasta que llegó a Horeb, al monte de Dios. Dice el versiculo 9 de 1 Reyes 19: “ Y alli se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: Qué haces aquí, Elias?”.
Hay situaciones inesperadas que pueden transformarse en dramáticas, ningún creyente está excento de las probabilidades que le puedan ocurrir adversidades. El punto principal es cómo reaccionamos ante la adversidad, hay creyentes que al encontarse en peligro, temen el fracaso y se refugian en su propia “cueva”, me refiero a que comienzan a ver todas las cosas desde la perspectiva de sus propios impedimentos, consideran que su prioridad es cuidarse a sí mismo, se transforman en creyentes “monotemáticos”, sólo hablan de su problema, se sienten desanimados y viven a través de su crisis, quedan atrapados en la “cueva” del sí mismo. Este es un lugar peligroso porque es un lugar de derrota. Algunos creyentes solteros comienzan a mirar su edad, y dicen: “ya me tendría que haber casado, pero, ni se donde encontrar mi pareja”. “ No me quedaré solo o sola en la vida?”. Se miran a sí mismos, ya ni siquiera se encuentran atractivos, y terminan metiéndose en la cueva, y como no salen de ella, no se dan cuenta que adentro de la cueva nunca van a encontrar su futuro cónyuge, para eso tiene que salir afuera!. Otros, que están atravesando situaciones críticas, comienzan a compadecerse de sí mismos, y cada día están peor, pierden toda esperanza, se meten en la “cueva”, todavía van a la iglesia, pero se transforman en creyentes pasivos, no pueden entrar en el espíritu de la alabanza, ni pueden ser impactados por la predicación, salen de la iglesia como entraron; porque viven encerrados en la “cueva” de sí mismos. Hay obreros cristianos y pastores, que les toca atravesar un tiempo de sequía espiritual y talvés material, se ven amenazados por la pobreza y la falta de recursos, miran que la asistencia a los cultos decrece, así como va decreciendo su ánimo, o los milagros que Dios hacía en su ministerio han cesado, y entonces se miran a sí mismos, y piensan que llegó el tiempo de abandonar, creyendo que Dios los ha desechado. Esto trae otro problema espiritual, que desde esa posición tienen una percepción equivocada de lo que Dios quiere hacer, porque analizan y razonan el problema que les rodea, a través de la óptica de su derrota, y encerrados en su cueva donde lo único que hay es oscuridad. Elías llegó a creer – erróneamente – que él era el único creyente que quedaba en todo Israel. Dios lo tuvo que llamar a la realidad y decirle: Elías: “hay siete mil israelitas que no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron”.
No sé, si usted se dió cuenta de algo?, nunca aparecieron los vengadores de los sacerdotes de Baal, donde se metieron?. Es que Dios estaba en el asunto, el problema fue que Elías le había creído al peligro. Hermano, hermana en la fe, no hay peligro que pueda derrotar su vida, el único temor que tenemos que tener es TEMOR A DIOS, el temor a Dios nos aleja de todo pecado que quiera asediar nuestra vida. El temor a Dios traerá santidad a todos los actos de nuestra vida.
Hoy el Señor te está preguntado: “Donde estás hijo mio?, Donde estás hija mía?
Sal fuera ahora! y ponte en el monte del Señor. Tengo todavía trabajo para tí, hay vidas que serán ungidas por tu ministerio, no estás acabado, ni abandonado”.
Hoy el Señor quiere renovar tu ministerio, o talvéz como se lo otorgó a Elías, Dios tiene un nuevo ministerio para que vayas a ungir presidentes y gobernantes, para que unjas a profetas de Dios que van hacer temblar la nación como lo hizo Eliseo. Hermano, hermana en la fe, si por alguna razón, te has detenido en tu camino espiritual, porque has permitido alguna derrota en tu vida, hoy el Señor quiere darte un bautismo de santidad, de fuego de Dios para tu vida……el Señor te dice: Levántate y cruza el Jordán, te espera una victoria grande y poderosa, no habrá Jericó que pueda detenerte, el Señor ha derribado las murallas, ahora te toca avanzar en victoria sobre los escombros! Otra vez: SAL FUERA, PARATE SOBRE EL MONTE DE DIOS!
"Ministerio LLama de Fuego"
Iglesia
La Nueva Jerusalén
Buenos Aires- Argentina