paz interior, reconociendo la condición de ser
espiritual. Contribuyamos a la paz general
aceptando de manera comprometida la
dignidad humana de nuestros semejantes.
Sembremos semillas de convivencia y
propiciemos la armonia interpersonal procurando
la conciliación entre quienes haya desentendimiento
y ante todo con quienes tengan marcadas
diferencias o enemitades.