ANGEL Y DEMONIO
La noche es el eje cautivo,
en que gira el lírico verso,
alabanza que mira al descuido,
el fugaz testimonio en que mido
el grito de un canto naciente.
Semblanza de amor que denota esperanza,
en el paso que imprime su huella silente.
Hembra que gime en mi piel de cordero.
Loba que trepa mi carne, guardando con celo,
el níveo esplendor de sus filosos dientes.
Estrella y crepúsculo, fusión del hermoso poniente.
Magdalena bendecida, exaltación del pecado.
Mujer de arcilla que seduce al infierno,
y en la tierra reclama su ángel humano.
Salamanca dormida que suspira a mi lado,
surcando la senda de un cáliz divino.
Mujer de secretas bodegas,
embrujo de vida, viña blanca,
génesis, de mi mejor vino.
Walter Faila