Todos los día nacen muchos nuevos seres humanos, todos los días ya
están en éste mundo muchos bebés.
¡Qué hermosos son los bebés!
Esos seres inocentes, sedientos de cariño y de amor.
Que también te dan amor sin condiciones.
Esos bebés que con su inocencia te dan una sonrisa a cualquier hora y si digo
a cualquier hora es por que realmente así son los bebés: a cualquier hora se
despiertan, a cualquier hora se duermen y mínimo cada dos horas tienen hambre, y
es dentro de todo ese tiempo que nos brindan una sonrisa inocente llena de
cariño y de bastante amor.
Algo muy importante que hacen los bebés y que una persona adolescente o ya
adulta no seguimos haciendo, es que los bebés te sonríen sin importarles tus
problemas, sin importarles si estas enojado o enojada.
Y cuando Papá o Mamá llegan del trabajo con las caras largas, demostrando
cansancio y a veces enojo, el o la bebé soluciona ese problema dándote sin
condiciones su sonrisa.
Si desde pequeños aprendimos a hablar haciendo sonidos, ruidos o gritando, si
aprendimos que nuestras manos sirven para agarrar lo que necesitamos y si
aprendimos a caminar, en la actualidad después de 18, de 25, de 50 años de edad
o más, todo eso lo seguimos haciendo.
Entonces ¿por qué no sonreímos a los demás si sonreír es lo "primero" que
hacemos desde que nacemos?
Cuando el bebé comienza su crecimiento, comienzan sus cambios físicos que con
el tiempo se definen para identificarse con los demás.
También tienen cambios psicológicos, comienzan a decidir que es lo que les
gusta y lo que no les gusta, aprenden a relacionarse y a jugar con otros niños,
pero también aprenden a mentir.
Que curioso, la mentira se aprende desde pequeños y también el ser humano ya
adulto lo sigue haciendo, sigue mintiendo pero no sigue sonriendo.
¿Por qué no sonreímos si sonreír fue lo primero que hicimos desde recién
nacidos?