Te pienso luego de una larga noche,
luego de sombras y espacios fríos.
Te pienso luego de abismos simulados,
luego de silencios largos
y ojos dormidos.
Te pienso... y no estás ausente
en mi despertar existe tu sombra
que danza pausada buscando su lecho
para aunarse en la realidad escondida
del tiempo sin memoria.
Te pienso luego de larga ausencia,
y es como si tu voz
me llamara a gritos
a reunirme con tu boca,
de la que mana un manantial de sal
perdido entre cielo y rocas.
Te pienso en mi despertar
y mi voz te llama... te clama...
¡Ay! si el tiempo
no fuera un cruel tirano
derrumbando a su paso espacios
dejándonos vacíos,
sólo si el tiempo nos diera tregua
para recobrar lo perdido,
podría recuperar mi acento,
y tú, tenerme contigo.
autor: Teresa Aburto Uribe