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ALGUIEN PASA
Alguien pasa y pregunta por los jazmines, madre.
Y yo guardo silencio.
Las palabras no acuden en mi ayuda, se esconden en el fondo del pecho, por no subir vestidas de luto hasta mi boca, y derramarse luego en un río de lágrimas.
No sé si tú recuerdas los días aún tempranos en que ibas como un ángel por el jardín, y dabas a los lirios y rosas su regalo de agua, y las hojas marchitas recogías en esa tu manera tan suave de tratar a las plantas y a los que se acercaban a tu amistad perfecta.
Yo sí recuerdo, madre, tu oficio de ser tierna y fina como el aire.
Una tarde un poeta recibió de tus manos un jazmín que cortaste para él. Con asombro te miró largamente y se llevó a los labios, reverente, la flor.
Se me quedó en la frente aquel momento, digo la frente cuando debo decir el corazón.
Y se me va llenando de nostalgia la vida, como un vaso colmado de un lento vino pálido, si alguien pasa y pregunta por los jazmines, madre.
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