Al comenzar el día
Al empezar cada día, trataré de
aprender algo nuevo sobre mí, sobre ti y sobre el mundo en que vivimos, de tal
modo que pueda continuar sintiendo y viviendo todas las cosas como si acabaran
de nacer.
Al empezar el día, me acordaré de
participarte mi alegría, así como mi pena, de manera que nos podamos conocer
mejor el uno al otro.
Al empezar cada día, me pondré a
escucharte de verdad e intentaré comprender tu punto de vista, al tiempo que
trataré de darte el mío de la forma más suave, recordando que ambos estamos
creciendo y cambiando y cambiando de mil formas distintas.
Al empezar el día, recordaré que
soy un ser humano y no exigiré de tí la perfección hasta que yo sea perfecto.
Al empezar cada día, me cuidaré de
acercarme a ti y acariciarte con ternura, porque no quiero dejar de
sentirte.
Al empezar el día, me dedicaré a
renovarme como hombre que ama y a esperar los acontecimientos.
Del libro Vivir, Amar y Aprender
2008 autor: Leo Buscaglia