El niño es incapaz de amar, pero necesita ser amado.
Es un ser que nace espontáneo y libre para buscar y aprender desarrollando su experiencia con sus cinco sentidos y la
atención alerta para captar la vida. Si sus padres le condicionan
el amor que necesita a una obediencia y a unas reglas,
perderá su libertad, y por miedo a perder el amor de sus padres,
su acogida y sus caricias, comenzará el apego. Tiene miedo a
la angustia que le produce el rechazo de sus padres, y sólo
por eso se someterá. Eso es un chantaje afectivo que va a
pagar muy caro durante toda su vida. Ese niño crecerá creyendo
que el amor, el cariño, hay que comprarlos, y tendrá una
dependencia y un apego que confundirá con el amor.
Su mente estará programada. Las personas programadas van buscando siempre hacer las
cosas mejor. Van ansiosos de victorias, de conquistas,
de logros y nunca están satisfechos, por eso sufren tanto
cuando no alcanzan las metas que su exigencia les impone.
Son seres que no viven ni disfrutan con lo real. Estos seres extienden su exigencia a los demás y por
eso están incapacitados para amar.
Buscan la felicidad donde no está.
ANTONY DE MELO
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