SOL
Sol de mis mañanas, de mis tardes, no le digas nunca lo que sufro por el, que vivo entre tristes vaguedades, que no he podido olvidar su piel.
Que la rosa se marchito en su ausencia, que no tengo paz, que no tengo calma, que me sumo en la inconciencia, que le llama mi herida y pobre alma.
Que amanece el día y le llamo, que al medio día ansiosa lo busco, que en la tarde grito y clamo, y que en la noche por el adolezco.
Sol. Sol mío. Sol querido, quémame con tus ardientes rayos, en tus llamaradas dame el olvido, que renazca la rosa en Mayo.
A.D
SALUDOS DE TU AMIGA
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