Texto sobre la paz.
Pero, realmente, ¿qué es la paz?
¿Acaso es la paz el no haber guerras?
¿O quizás es que no haya tensiones internacionales?
La palabra “paz” es un término que se utiliza demasiado habitualmente
teniendo en cuenta el profundo y complicado significado que ésta tiene.
A todos se nos revuelve el estómago cuando vemos imágenes de guerras
en esos países lejanos y subdesarrollados
en los que nos sentimos tan orgullosos de no vivir pero,
¿acaso no se le cae el alma al suelo a tu madre
cuando le dices que ya se está haciendo vieja?
Que sí, que a todos nos da mucha pena que mueran miles de personas
diariamente en conflictos armados y todo eso pero,
a la hora de la verdad,
¿cuántos de nosotros, realmente,
no hacemos daño a las personas que nos rodean?
Ninguno.
¿Y por qué?
Porque, por mucho que nos empeñemos,
somos humanos,
y a veces podemos llegar a ser muy crueles.
Y es que aunque nos lo proponemos,
si es que lo hacemos verdaderamente, al final,
todas esas charlas no sirven de nada.
Luego llegamos a nuestra casa y vemos en ese telediario
que tanto nos aburre que han muerto no sé cuántas personas en tal sitio,
y nos sentimos “mal”, y frustrados,
y queremos poder hacer algo para solucionarlo pero,
sólo 5 minutos después,
te acabas de convertir en esa persona a la que despreciabas
hace tan sólo unos minutos por provocar tanto daño.
En unos pocos minutos has pasado de lamentarte
por la muerte de algunos a provocar parcialmente la de otros:
tu madre te ha pedido que le ayudes a recoger la mesa
y tú le has soltado un resoplido y
un “no tengo ganas” que la acaba de matar por dentro.
Además, tu hermano pequeño te esperaba en la puerta
para decirte que había conseguido un nuevo personaje en su juego favorito,
pero tú, comportándote como el ser egoísta
que esta sociedad te ha enseñado a ser,
lo has apartado de un empujón.
Y luego, ¿cómo tienes la cara de decir “qué pena”?
Por todo esto es por lo que hay que empezar a construir la paz
en nuestro entorno porque,
¿de qué sirve ir con una careta de mala calidad
diciendo que sientes mucha pena por esas personas
que lo están pasando mal si eres TÚ
el que estás haciendo pasarlo mal a tu gente?
Las cosas que decimos,
está claro, la mayoría, duelen.
Por esto mismo debemos tener cuidado y
basar nuestra conducta, sobre todo,
en el respeto,
que es el único ingrediente que debemos utilizar
para construir la base de nuestra paz.
Luego, claro está, tendremos que añadir mil y una cosas más pero,
si ni siquiera conseguimos, mejor dicho, queremos,
tratar con respeto a las personas que nos quieren,
¿cómo piensas seguir construyendo tu paz?
En conclusión:
debemos respetar en nuestro entorno,
que es la base de todo.
Una casa no se empieza a construir por el tejado.
En este caso,
los pilares de la casa son nuestra familia,
nuestros amigos, la gente del colegio…
Y luego, ya llegará todo lo demás.