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De mi belleza interior estoy enamorada hasta el punto de que otro amor mis ansias no pueda despertar, mirándome en el espejo mi hermosura contemplo mis ojos y mi mente, y nada observo nuevo o viejo que pueda privarme de esta alegría, y yo que me enciendo, cada vez que fijo en ella mi mirada me doy toda, me entrego toda, y si alguna vez, me libro de tus redes, amor, nunca imagino, que me pueda sumir en otra trampa.
Siendo muy joven me alisté en tu guerra, suponiéndola paz y al suelo tiré todas mis armas, como hace el que se fía. Mas tú, cruel tirano, viniste a mi con tus armas en alto, y me apresaste, pusiste gruesas cadenas, para amarrar hasta mis ideas, así me encadenaste a ti muchos años.
Amor, has nacido para eso, dame muerte y yo, con lágrimas y penas amargas, presa estoy y sufro en tus mazmorras, tan cruel sojuzgamiento, para conmoverle, los llantos y suspiros, de poco valen.
Autora: LydiA
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