Tal vez en primavera. Deja que pase esta sucia estación de hollín y lágrimas hipócritas. Hazte fuerte. Guarda miga sobre miga. Haz una fortaleza de toda la corrupción y el dolor. Llegado el tiempo tendrás alas y un rabo fuerte de toro o de elefante para liquidar todas las dudas, todas las moscas, todas las desgracias. Baja del árbol. Mírate en el agua. Aprende a odiarte como a ti mismo. Eres tú. Rudo, pelado, primero en cuatro patas, luego en dos, después en ninguna. Arrástrate hasta el muro, escucha la música entre las piedrecitas. Llámalas siglos, huesos, cebollas. Da lo mismo. Las palabras, los nombres, no tienen importancia. Escucha la música. Sólo la música.