Sabes querida, cuando hablas me recuerdas al mar.
¡Qué lindo mi amor! No sabía que te impresionaba tanto.
No me impresionas...me mareas.
Mientras desayunan, le dice la mujer al marido en tono de reclamo:
¿Sabes?, anoche, cuando dormías, me estabas insultando.
¿Y quién te dijo que dormía?
La mujer le dice al marido:
Oye, Jorge, ¿Nunca se te ha ocurrido comprarme flores?
¿Para qué? Si todavía estás viva.