No separes tus estigmas de mis manos, los irreparados impulsos de abrazarte, el cobijarte sin la interperie de soñarnos, el mirarnos de los latidos que se paren.
No separes tu voz de mis preguntas, mis lunas de tus noches huecas, las muecas de mi risa de tus furias ni la lluvia del paisaje que no cuentas.
No separes lo esporádico de la memoria, mi sombra de tus propios cabezazos, los pasos que juntos han dibujado su forma sucesores del ahora que siempre caminamos.
No separes el vestido verde de tu cielo, tu invierno del abrigo de mi ilusión, mi yo que se atropella en tu sueño besándote el cuello y emocionando el corazón.
No separes de tu mundo mis intentos, no caigas dentro del hueco de las ventanas, no duelas al alma lo que te duele el tiempo ni juegues con el fuego que nos acaba.
Esencia
|