El sentir de la oración
Un hombre se acercó al filósofo Ramanuja y le pidió:
- ¡Muéstreme el camino hacia Dios!
- ¿Te enamoraste alguna vez de alguien? - preguntó Ramanuja.
- ¿Enamorarme? ¿Qué es lo que quiere decir con eso?
Me prometí a mí mismo jamás aproximarme a una mujer,
huyo de ellas como quien intenta escapar de una enfermedad.
Ni siquiera las miro. Cuando pasan, cierro los ojos.
- Procura volver a tu pasado e intenta descubrir si nunca,
en toda tu vida, hubo algún momento de pasión que dejase tu cuerpo y espíritu
llenos de fuego.
- Vine hasta aquí para aprender a rezar,
y no a cómo enamorarme de una mujer.
Quiero ser guiado hasta Dios,
y usted insiste en quererme llevar hacia los placeres de este mundo.
No entiendo lo que desea enseñarme.
Ramanuja permaneció silencioso algunos minutos y finalmente dijo:
- No puedo ayudarte.
Si nunca tuviste ninguna experiencia de amor,
nunca conseguirás experimentar la paz de una oración.
Por lo tanto,
regresa a tu ciudad,
enamórate,
y sólo vuelve a buscarme cuando tu alma esté llena
de momentos felices.
Sólo una persona que entiende el amor puede entender el significado de la oración.
Porque el amor por alguien es una oración dirigida al corazón del Universo,
una plegaria que Dios colocó en las manos de cada ser humano
como un presente divino.
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