LA BÚSQUEDA DEL CAMINO
–Estoy dispuesto a dejarlo todo.
Por favor, admítame como discípulo.
–¿Cómo elige un hombre su camino?
–Por el sacrificio.
Un camino que exige sacrificio es un camino verdadero.
El abad tropezó contra una estantería.
Un jarrón rarísimo cayó desde lo alto,
y el joven se tiró al suelo para agarrarlo.
Cayó de mala manera y se rompió un brazo,
pero consiguió salvar el jarrón.
–¿Cuál es mayor sacrificio: ver cómo revienta el jarrón contra el suelo
o romperse un brazo para salvarlo?
–No sé.
–En ese caso, no intentes orientar tu elección por el sacrificio.
El camino se elige por nuestra capacidad para comprometernos
con cada paso que damos mientras lo recorremos.
PAULO COELHO
|