Dulce y hondo me asedia tu amor, conquistando cada rincón del mío, latiendo unidos, noches de sol, amaneciéndonos en un suspiro.
En sus ojos me miro, te veo, y esque no hallo relfejo que no te lleve ni azul celeste más vivo y más cierto que el del cielo que nos hace siempre.
Paz y nervios ondean bajo la carne, epidermis que se abre al acercarnos, amor de sobresaltos dispuesto al rescate de la flor que abre su alma al mirarnos.
Digiere los tragos de sal y vinagre y la luz le hace espacio a los pasos, caminar que caminamos más unidos si cabe tras el punto y aparte a juegos incautos.
Fiel y despierto el sueño me devuelves, pincel de mis verdes y la confianza que mi amor abarca donde te mueves, cauce donde sierpen nuestras almas.
Esencia
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