A... PEPITA
Siempre que yo la nombro con cariño,
ella corre a buscar mi compañía
y se acerca a mi lado, como un niño
que necesita un poco de alegría.
Comprendo que por ella estoy sintiendo
un afecto profundo, verdadero,
al que Pepita esta correspondiendo
con ese mismo amor, puro, sincero…
Si…, una pena mi alma no mitiga,
como si fuera mi confidente amiga,
le cuento mis tristezas a Pepita…
Y me conmueve oír como palpita,
con un dolor que a compasión obliga,
el tierno corazón de mi PERRITA.
Oscar Jiménez Efrez
(Oscar.J)