Al empezar cada día, trataré de aprender
algo nuevo sobre mí, sobre ti
y sobre el mundo en que vivimos, de tal modo que
pueda continuar sintiendo y viviendo
todas las cosas como si acabaran de nacer.
Al empezar el día, me acordaré de participarte mi alegría,
así como mi pena, de manera que nos podamos
conocer mejor el uno al otro.
Al empezar cada día, me pondré a escucharte de verdad
e intentaré comprender tu punto de vista, al tiempo
que trataré de darte el mío de la forma más suave,
recordando que ambos estamos creciendo
y cambiando y cambiando de mil formas distintas.
Al empezar el día, recordaré que soy un ser humano
y no exigiré de tí la perfección hasta que yo sea perfecto.
Al empezar cada día, me cuidaré de acercarme
a ti y acariciarte con ternura, porque no quiero dejar de sentirte.
Al empezar el día, me dedicaré a renovarme
como hombre que ama y a esperar los acontecimientos.
LEO BUSCAGLIA
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