LOS
GITANOS
Por el largo
camino polvoroso y candente,
bajo soles de fuego, sin linaje y sin
Dios,
va la turba gitana fatigada y doliente
persiguiendo ilusiones y de
ensueños en pos.
En sus ojos
marchitos de cansancio y pesares
va copiado el paisaje que miraron
ayer,
el azul de otros cielos, la quietud de otros mares
y la luz de otros
soles que los vieron nacer.
Peregrinos y
errantes en su amargo destino
van pasando la vida sin amores ni hogar
y
por mucho que sufran en su rudo camino
se consuelan cantando pues no saben
llorar.
Al caer de la
tarde la infeliz caravana
se sumerge en la sombra de apartado rincón
donde
escucha los ecos de una copla gitana
arrancada a la lira de su cruel
corazón.
Bajo el cielo
se acampan sin temor a la muerte,
ni a las noches de lluvia ni al furioso
tronar,
hechiceros, predicen a los hombres la suerte,
más la suya,
maldita, no la saben hallar.
Será siempre la
misma por los rudos senderos
mendigando la vida con diabólico afán
sin
saber de su ruta los precisos linderos
ni de dónde han venido ni hacia dónde
se van.
A/D