No es fácil responder a quién nos pregunte si somos felices o no. Generalmente al responder esta pregunta pensamos en nuestra felicidad comparándonos con otras personas, personas a las cuales muchas veces ni siquiera conocemos, por ejemplo algún famoso de la televisión que pareciera tener mucho éxito y bienestar en todo sentido, ya que frente a las cámaras se ve siempre "muy feliz".
Cada persona tiene sus propios problemas y sus propias motivaciones. Cada persona tiene también distintas formas de ver la vida y de valorarla y vive además distintas situaciones. A partir de esto no es correcto pensar que lo que significa ser feliz para mí lo es para cualquier otro ser humano, porque todos somos distintos.
Por otra parte, tampoco es posible comparar nuestra felicidad a partir de un otro, porque en el fondo no sabemos lo que esa persona está viviendo en su mundo interno. Por lo general tendemos a expresar las emociones positivas en público y a esconder las negativas. Cuando estamos tristes o estamos pasando por alguna situación complicada no es difícil compartir ese sentimiento con los demás, en cambio cuando estamos contentos o estamos disfrutando del éxito lo gritamos a los cuatro vientos.
Por esta razón no podemos decir que una persona es más feliz que nosotros sólo porque cada vez que la vemos aparece feliz y relajada, porque nosotros no estamos con ella en sus momentos de tristeza, cuando llora a solas.
No juzguemos la felicidad de una persona sólo por lo que observamos a simple vista. Tampoco nos comparemos con ella porque no sabemos si esa persona es feliz o no realmente.
Enfócate en tu propia felicidad, sin medirla con la supuesta felicidad o desdicha de otros.
Carolina psicóloga
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