y del espacio, sabes lo que necesitaré
en este año que inicia.
Me abandono a tu misericordia,
a tu providencia. Que sea
lo que Tú dispongas, Señor.
Aumenta mi fe, que sea capaz de descubrir
tu presencia a mi lado.
No permitas que nada me separe de Ti.
Dame fortaleza y perseverancia en las pruebas,
y ayúdame cada día a recordar
que nunca sucederá nada que Tú y yo juntos,
no podamos superar.
Líbrame de la indiferencia. Hazme sensible
a las necesidades de los de más,
y muéveme no sólo a orar, a interceder por ellos,
sino a realizar acciones concretas en beneficio suyo.
Ayúdame a no ser avaro ni a desperdiciar
mi tiempo. con mis dones.
Enséñame a salir de mí mismo para ir
al encuentro de mis hermanos, sin prejuicios,
sin retórica. Simplemente como Tú,
con la mano extendida y en el corazón abierto.
Pero líbrame de la vanidad, de creerme bueno,
de sentirme satisfecho.
No dejes que me paralice la inercia, el orgullo,
la complacencia. No dejes de estar conmigo,
para ponerme en movimiento,
y lanzarme contigo a construir tu reino
de paz, amor y justicia.
Enséñame a mantenerme sencillo y alegre,
a ser verdaderamente emisor tuyo en este mundo.
Ayúdame a desprenderme de todo
lo que me estorba para seguirte,
líbrame de lo que me hace tropezar,
de lo que me pesa: de mis rencores,
mis egoísmos, mis orgullos, mis miserias, mis apegos.
Enséñame a ser paciente, comprensivo, dulce,
a perdonar a los otros, a acogerlos en mi corazón.
Enséñame a amar como Tú.
Quiero descubrirte en cada día
de este año que empieza,
y ayudar a que otros te descubran también.
Señor, que cuando me busquen a mí,
te encuentren siempre a Ti.
Amén.