Cuando no arriesgas tu libertad para tenerla, empiezas a perderla, porque la libertad que tienes se comprueba cuando te juegas optando y decidiendo.
Cuando no dejas partir a tu hijo para tenerlo, empiezas a perderlo, porque nunca lo verás volver a ti libre y maduro.
Aprende en el camino de la vida la paradójica lección de la experiencia: siempre ganas lo que dejas y pierdes lo que retienes.
“Siembra para ser tú mismo”
René Trosser