Las cosas no se te dan gratis, tienes que pagar lo que valen.
El fruto no te sale al paso tienes que abonar y regar.
Los pozos no se llenan solos tienes que calar hondo, buscar el agua, ver lo que les cabe y sentarte en la sombra.
Los frutos no llegan por arte de magia, tienes que ponerles sol, agua, aire, tierra.
Tienes que cuidarles la semilla, espantar los pájaros, madurar la cáscara, y luego, probar si están en punto para dar sabor a la vida y hacer jugoso el mundo.
Como ves, se te da todo, pero en materia prima. ¡Lo elaborado y valioso lo tienes que hacer tú!
Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla