EL
POEMA Pedro Salinas
Y ahora,
aquí está frente a mí. Tantas luchas que ha costado, tantos afanes en
vela, tantos bordes de fracaso junto a este esplendor sereno ya son
nada, se olvidaron. Él queda, y en él, el mundo, la rosa, la piedra, el
pájaro, aquéllos , los del principio, de este final asombrados. ¡Tan
claros que se veían, y aún se podía aclararlos! Están mejor; una
luz que el sol no sabe, unos rayos los iluminan, sin noche, para
siempre revelados. Las claridades de ahora lucen más que las de
mayo. Si allí estaban, ahora aquí; a más transparencia alzados. ¡Qué
naturales parecen, qué sencillo el gran milagro! En esta luz del
poema, todo, desde el más nocturno beso al cenital esplendor, todo
está mucho más claro.
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