Recuerdos
Siempre
fuiste frágil como un cristal en nuestras manos, como la joya más
preciada te cuidábamos cada mañana, temíamos hasta del viento por que
te lastimaba hasta el tiempo, Tu alma pura nunca se detenía siempre en
la lucha permanecía, la muerte nunca te acobardó, pero dejarnos solos era
tu mayor temor, sonreías aún en medio de tu dolor, y ponías tus fuerzas en
Dios, pasabas noches enteras sin dormir estando siempre así, paciente
hasta el fín nada te podía derrotar, tampoco podías las cosas
cambiar te aferrabas a Dios en tu clamor y en tu rostro se veía el
resplandor de su sublime amor, decías cada momento que nos amarías mas
allá de tu último aliento, Llegó el día de tu partida y fue doloroso saber
que ya no vendrías, pero hasta ahora nos mantiene la fe y la esperanza que
nos enseñaste, por ello sentimos que estas aquí y nunca sentiremos que te
marchaste. D/A
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