TRÁNSITOS
¡Qué bien te siento bajar! ¡qué despacio vas entrando caliente, viva, en mi cuerpo, desde ti misma manando igual que una fuente, ardiendo!
Contigo por ti has llegado escondida bajo el viento, - desnuda en él -, y en mis párpados terminas, doble, tu vuelo. ¡Qué caliente estás! Tu brazo temblando arde ya en mi pecho.
Entera te has derramado por mis ojos. ya estás dentro de mi carne, bajo el árbol de mis pulsos, en su sombra bajo el sueño: ¡Entera dentro del sueño! ¡Qué certera en mi descanso dominas al fin tu reino!
... Pero yo me salvo, salto, libre fuera de mí, escapo por mi sangre, me liberto, y a ti filtrándome mágico, vuelvo a dejarte en el viento otra vez sola, buscando nueva prisión a tu cuerpo.
Emilio Prados |