Una persona es gigante cuando Se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo… cuando trata de entenderte aunque no piensen igual.
Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra no de acuerdo con lo que esperan de ella, pero de acuerdo con lo que espera de si misma.
Una persona es pequeña cuando se deja regir por comportamientos clichés. Cuando quiere quedar bien con todos, cuando maneja a la gente como un titiritero y lamentablemente siempre hay gente que no tiene convicciones y se deja manejar
Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una relación, puede crecer o disminuir, en un corto espacio de tiempo.
Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande.
Una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo.
Una decepción puede terminar con el respeto por alguien…de muchos… Una acción correcta puede enaltecer a otros.
Es difícil convivir con esta elasticidad: Las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos. Ya que nosotros no juzgamos a través de centímetros y metros, sino de acciones y reacciones, de verdades o falsedades, de expectativas y frustraciones
Una persona es única al extender la mano, y al recogerla inesperadamente, se torna otra.
El egoísmo unifica a los insignificantes, a los perdedores, a los falsamente llamados diplomáticos.
No es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un titulo o mucho dinero lo que convierte a una persona en grande… Es su honestidad, su decencia, su amabilidad y respeto por los sentimientos e intereses de los demás.
Por su sensibilidad sin tamaño