Desnuda, débil, ansiosa
arrimo el cuerpo al bosquejo
de tu imagen.
Con la fantasía diluida en la piel
contemplas silencioso la cercanía
el calor sudado que expelen mis poros.
Lento, abro mi boca, un volcán consume
seca esta ansiedad y suplico más.
Más de esta angustia derrochadora,
más de este puñado apocalíptico
más de este misterio.
Una fugaz eternidad humedece
el racimo de mis entrepiernas
y condensada busco en la aurora
un apellido para este sueño.
Sutil, desnuda, débil, semi plena,
semi complacida, masturbada contemplo
mis dilatadas pupilas frente al espejo
que silencioso no dice nada.