Un día volveré a tus ojos
y comenzaré de nuevo
volveré con un sonido hueco
de metal
y sol mojado
buscaré entre los papeles del tiempo
tu cuerpo
verde y tus cabellos de uva
te coronaré en silencio con mi boca
y con mis
manos que no terminan
Volveré por ti y por tu sangre estrellada
viendo
pasar la tarde como una sombra antigua
algo se romperá allá arriba y no
seremos nosotros
algo se quemará de pronto con el eco de tus sábanas
Y
volveré más vivo, más puro, más hambriento
y volveré volando y desgarrando
plumas
todo lo haré por ti, todo en silencio
que hasta los gallos
prolongarán la noche
cuando te vean desnuda.
Mario
Meléndez