Cuidar a los niños es una de las principales maneras de honrar a Dios y edificar su Reino
Para los creyentes el tener niños es una respuesta a un mandamiento: "Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla... (Gn 1.18). En este salmo los niños son llamados "herencia de Jehová". Ello significa que los niños pertenecen a Dios; son "nuestros" sólo en un plano secundario. Dios da progenie a las parejas como una persona confía una fortuna a sus herederos. Jesús desea que no despreciemos a ninguno de esos "pequeños" y habla de su fe en Dios como un ejemplo para los adultos. (Mt 18:1-5,10) El cuidar y amar a los niños es una de las principales formas de honrar a Dios y compartir la tarea de edificar su reino.
Nuestro deseo es enseñarle a nuestros hijos a temprana edad a conocer a su Padre celestial, que Jesús siempre será su mejor amigo, como honrarlo y alabarlo, con sus pensamientos, palabras y hechos Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Pr22.6 Esto encierra la idea de que los padres deben dedicar sus energías a dotar a un niño de sabiduría y amor, a alimentarlo y disciplinarlo para que se convierta en alguien completamente dedicado a Dios. Eduquemos a nuestros niños para que acaten la autoridad, para que obedezcan y sigan instrucciones que reciben. Desalienta las actitudes rebeldes, la testarudez y la desobediencia.