El plan de Dios para la Prosperidad
Una serie de ejemplos señala el precio de seguir la senda de la fe;
desinterés, servicio, sacrificio y ofrenda. De Abraham a los apóstoles se observa
la trayectoria del poder sagrado. Pero otra cosa salta a la vista:
el tesoro de las bendiciones de Dios está a
disposición de estos sus siervos consagrados. Él ha aprometido:
1. bendición, 2. Prosperidad, y 3. abundancia.
La Ley está inextricablemente inscrita en el orden divino:
La fidelidad en ofrendar y servir es recompensada con abundancia,
y esa prosperidad es continua mientras se mantenga la fe y las ofrendas.
El autor de este estudio ha defendido este principio, a riesgo de ser mal
interpretado como partidiario de una prosperidad "barata".
Pero examinando su enseñanza sobre esta verdad, hallamos
evidencia bíblica que la apoya; sin embargo, la senda de la prosperidad
es la senda del discipulado, y tiene su precio.
Fred Price