Sabias que el amor incondicional de Dios y su disciplina no son contradictorios, sino que van de la mano. A pesar de nuestro pecado, Él está obrando para traernos de vuelta a la senda de la vida. Cuando respondemos favorablemente a su corrección, Él utiliza nuestras circunstancias para nuestro bien.
En Su amor y mi amor te doy una cordial bienvenida a mi rinconcito!