Un Enemigo Vencido
Mientras estudiamos la palabra de Dios, deberíamos recordar lo
afortunados que somos de tener tantas historias y testimonios sobre los
cuales construir nuestra fe. Esto es particularmente cierto de la
multitud de historias del Antiguo Testamento; "Porque las cosas que se
escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que
por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza"
(Romanos 15:4). Una de las mas entusiastas es compartida a través de la
prostituta llamada Raab.
Mientras Josué conducía a los Israelitas fuera del desierto hacia la
tierra prometida de Canaán, el primer enemigo que enfrentaron vivía en
la poderosamente amurallada ciudad de Jericó. Cuando los espías fueron
enviados a Jericó para determinar la fuerza del enemigo, Raab les dijo a
los espías que "el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos
los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros" (Josué
2:9). Raab les dijo que la gente de Jericó había escuchado como Dios
partió el Mar Rojo y como El había estado con los Israelitas en
anteriores batallas.
Josué 2:11
"Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en
hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios
arriba en los cielos y abajo en la tierra."
Dios derribó los muros de Jericó y permitió a los Israelitas tomar la
ciudad, pero el primer enemigo en la tierra prometida fue conquistado
mucho antes que el ejercito israelita arribara. El pueblo de Jericó
sabía del poder milagroso de Dios y con eso ya estaban vencidos. La
única cosa necesaria para la victoria fue que los Israelitas mostraran
su voluntad para caminar en la fuerza que Dios había provisto para ellos.
El deseo de Dios no es que nosotros nos mantengamos en el desierto. El
tiene "planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro
y una esperanza" (Jeremías 29:11). Pero a fin de entrar en la tierra
prometida, debemos estar preparados para enfrentar a nuestros enemigos y
confiar en las fuerzas de nuestro Padre Celestial.
El enemigo "como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar"
(1 Pedro 5:8). Pero el enemigo también sabe del poder de Dios, y va a
huir cuando nosotros nos paramos firmes; "resistid al diablo, y huirá de
vosotros" (Santiago 4:7). El destino del enemigo ha sido sellado - su
fin ya ha sido determinado - pero debemos resistir diariamente,
vistiendonos para la batalla y confiando en el poder de Dios.
Sometámonos a nuestro Padre Celestial y decididamente entremos en la
tierra llena de paz que El nos ha prometido. El león continuará
rugiendo y tratando de morder, pero nunca debemos olvidar que Dios ha
asegurado completa victoria. Cuando confiamos en El con todo nuestro
corazón y diariamente caminamos en Sus fuerzas, verdaderamente nos
enfrentamos a un enemigo vencido.
Que tenga un buen día!
Steve Troxel
Amadas hermanas, Jesucristonos dio la victoria en la Cruz del Calvario
el diablo está vencido, pero él nunca se duerme, así que nosotras
no debemos de descuidar nuestra armadura porque las batallas son diarias,
él siempre va a luchar por lanzarte al suelo y usará todo lo que esté a su
alcance para evitar que te levantes, es por eso que no debemos descuidar
nuestra armadura, diariamente debemos de ponernosla, no descuidar la
lectura de la Palabra, ya que es nuestra principal arma, y dejarte guiar por
el dulce Espíritu Santo quien te mostrará las estrategias del enemigo y la
salida perfecta, el diablo a veces obtiene victorias temporales, la nuestra
es eterna. Si Dios con nosotras quién contra nosotras!
Un beso, y feliz día