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Isaías tuvo la visión de un pastor estelar que cada noche llamaba a su rebaño de estrellas por nombre:
Levantad el alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio (Isaías 40:26).
No es por casualidad que las estrellas tienen sus órbitas y lugares asignados en el universo. No salen al azar ni tampoco deambulan a la ventura por el espacio. Salen para estar a disposición de Dios. Él saca el ejército estelar una a una y las llama por su nombre. Ninguna queda olvidada. A ninguna pasa por alto. Ninguna se queda atrás.
Es terrible que a uno no lo conozcan. Vivimos con el temor de que nunca nos conozcan lo suficiente, de que los demás nunca sepan quiénes somos realmente, cuáles son nuestros sueños y dónde nos llevan nuestros pensamientos. No obstante, no tenemos nada que temer. Dios conoce a cada una de sus ovejas por nombre.
Él es consciente de cada personalidad y peculiaridad. están los pequeños, a quienes hay que cargar, los lisiados, que no pueden llevar el paso, las ovejas que se están alimentando y no se las puede apresurar, las viejas ovejas que apenas se puede llevar bien. Están las que encabezan el rebaño y que siempre quieren estar al frente, las abusadoras, que embisten y empujan para conseguir lo que quieren, las tímidas, que tienen miedo a seguir, las ovejas negras, que son siempre la excepción. están las que pastan hasta perderse y otrras que más deliberadamente se escapan. El Buen Pastor nos conoce a todos.
He aquí que Jehová el Señor vendra con poder, y su brazo señoreará;... Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas (Isaías 40:10-11).
Dios conoce nuestro paso. Él sabe cuándo nos abruma el sufrimiento, el dolor y la soledad. Sabe cuándo nos damos plena cuenta de nuestras limitaciones. Sabe cuándo sentimos vergüenza y estamos quebrantaqdos, y cuándo no podemos seguir. Dios no arrea a sus ovejas, sino que loas guía. Les permite vacilar y perturbarse. da crédito por decisiones y resoluciones que son probadas arduamente. Entinde el valor que se tambalea frente a circunstancias terribles. Puede aceptar una fe que se apaga cuando hay tensión. Toma en cuenta las razones ocultas del fracaso. Siente todo el peso de nuestros desastres. Conoce nuestro dolor como nadie más. Nuestros lamentos llegan a sus oídos, incluso escucha los gemidos que no expresamos
Cuando nos quedamos atrás no nos regaña. Más bien nos reúne y rodea con sus fuertes brazos; nos lleva cerca de su corazón. La esencia, el corazón del carácter de Dios descansa hí; Él tiene el corazón de un tierno pastor.
David roper
Gracias Padre amado, gracias por tener cuidado de mi, gracias en el nombre poderoso de tu Hijo Jeuscristo, por ser mi Buen Pastor, se que hasta aquí Tú has cuidado de mi, se que en mis momentos más difíciles has estado conmigo guiándome a verdes pastos, a aguas de reposo; cuándo me ha tocado pasar por desiertos que siento que desfallezco, que no tengo fuerzas, que no puedo continuar, sin lugar a dudas me has llevado en Tus brazos a un remanso de paz, cuando he sentido tanto dolor en mi corazón, me has llenado de Tu gozo que es la fortaleza de mi vida y puedo salir triunfante, se que, incluso tu has secado con tu tierno amor, mis lágrimas, y hasta de ellas has tenido cuidado. Te amo, te bendigo, exalto y glorifico Tu santo nombre. Hoy te pido que me ayudes a tener un corazón conforme tu corazón y pueda ayudar a otras ovejitas asi como Tu me has ayudado, que nunca las juzgue, que solamente me extienda en amor, compasión y misericordia y que ellas puedan sentir a través de mi, Tu paz, Tu amor y puedan tener un encuentro personal con su Buen Pastor, nuestro Señor Jesucristo. Amén
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