Ezequiel: Dios nos cuida tiernamente
Ezequiel anunció el nacimiento del mejor de todos los pastores mucho antes de que Él naciera. Dijo que cuando viniera iba a cuidar el rebaño de Dios con tierno amor.
Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas... Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. Allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos será apacentadas... Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada, vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil (Ezequiel 34:6,11,12,14,16).
La tarea de Ezequiel era cuidar de los exiliados esparcidos que estaban lejos de casa. Los describió como ovejas esparcidas y dijo que "andan errantes por falta de pastor... y no hubo quien las buscazse, ni quien preguntase por ella (vv.5,6)
La dispersión de Israel fue su propia culpa, resultado de años de resistir a Dios. Ellos habían buscado a sus ídolos y derramado sangre, y habían contaminado a la mujer de su prójimo y hecho otras cosas detestables (Ez 33:25,26). Por eso fueron apartados. No obstante, Dios dijo: "Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada.." (34:16). Los pastores buenos no menosprecian a las ovejas perdidas, las buscan.
Las ovejas no tienen que ir a buscar a su pastor, todo lo contrario. Es él quien las busca a ellas. Incluso si las ovejas no están pensando en el Pastor, Él las busca hasta lo último de la tierra. Simon Tugwell escribió: "Él las sigue en su largo y oscuro viaje; allí, donde finalmente pensaron que se escaparían de Él, corren hacia sus brazos".
En realidad, no hay manera de escapar de Él excepto corriendo hacia sus brazos. Aunque nosotros somos cabeza dura y terco. Él es igual de cabeza dura y terco. Nunca abandona su propósito. No puede sacarnos de su mente.
Además dijo Ezequiel, cuando el Buen Pastor encuentra a sus ovejas las cuida: "Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas..." (Ez 34:12). "Reconocer" sugiere un cuidadoso examen de cada animal. Nuestro Pastor-Dios es un buen pastor. Conoce bien la condición de su rebaño. Ve las marcas de tristeza en cada rostro. Conoce cada herida y cada golpe, cada dolor. Reconoce las señales de la persecución, el mal uso y el abuso, las heridas que otros nos han infligido y lo que queda de nuestra propia resistencia.
Él promete hacer lo que otros pastores no pueden o no quieren hacer: "Vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil (24:16). tiene compasión de los afligidos y los desvalidos, de los que han sido heridos por su propio pecado. Comprende la tristeza, el infortunio, los hogares desintegrados, la aspiración no realizada, "El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas" (Sal 147:3); aplica el bálsamo que sana al herido. Ese es el consuelo de Dios para nuestros acosados corazones.
Pero eso no es todo. Había otro Pastor de camio que sería uno con el Padre en la compasión pastoral:
Y Levantaré sobre ella a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David principe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado (Ez 34:23-24).
Dios se referia al tan esperado Hijo de David, nuestro Señor Jesús, ese Gran Pastor que pone su vida por sus ovejas (Juan 10:11)
M. R. Haan II
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Fondo By Perla&MinisterioMujeresenVictoria
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