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: 18/07/2008 22:43
En la balanza de Dios
En el cielo nadie podrá levantar el dedo y decir: «Estoy aquí porque lo merezco». La mejor de las obras hecha por el mejor cristiano sólo será una obra imperfecta, siempre más o menos empañada con respecto a sus motivos e incompleta con respecto a su ejecución. Quizá los ojos de los hombres no le vean ningún defecto, pero pesada en la balanza de Dios, será hallada demasiado liviana. Vista a la luz del cielo, está llena de manchas. No, “no hay quien haga lo bueno” (Salmo 14:3). “Todos ofendemos muchas veces” (Santiago 3:2). Si nos consideramos ante Dios, ¿cómo conservaremos una buena opinión de nosotros mismos? Debemos confesar como Abraham: “Soy polvo y ceniza” (Génesis 18:27), o como Job: “He aquí que yo soy vil” (40:4). Sin embargo, ambos patriarcas eran moralmente hombres excepcionales. El profeta Isaías declara que todas nuestras justicias son “como trapo de inmundicia” (64:6). Aun el glorioso conjunto de los apóstoles, profetas y mártires sólo se compone de pecadores perdonados. Solamente podemos llegar a una conclusión: todos somos grandes pecadores y necesitamos un gran perdón. Es necesario acudir al gran Salvador, “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1:14).
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De: Débora |
Enviado: 15/06/2009 01:25 |
Pastor Batista Le doy gracias a Dios por que usted se encuentra entre nosotros. Dios es bueno y nuevamente vuelve a juntar a sus ovejas. Gracias por compartir mensajes tan edificantes. Ruego a Dios lo bendiga rica y abudantemente,
Perla |
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