Huye del Adulterio
Guarda hijo mío, el mandamiento de tu padre,
y no dejes la enseñanza de tu madre;
Atalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello.
Te guiarán cuando andes;
cuando duermas te guardarán;
Hablarán contigo cuando despiertes.
Porque el mandamiento es lámpara,
y la enseñanza es luz, y camino de vida
las reprensiones que te instruyen.
Para que te guarden de la mala mujer,
de la blandura de la lengua de la mujer extraña.
No codicies su hermosura en tu corazón,
ni ella te prenda con sus ojos;
Porque a causa de la mujer ramera
el hombre es reducido a un bocado de pan;
pero la adúltera va tras el hombre que vale.
¿Tomará el hombre fuego en su seno
sin que sus vestidos ardan?
¿Andará el hombre sobre brasas sin que
sus pies se quemen?
Así es el que se llega a la mujer de su prójimo;
No quedará impune ninguno que la tocare.
No tienen en poco al ladrón si hurta
para saciar su apetito cuando tiene hambre;
Pero si es sorprendido, pagará siete veces;
Entregará todo el haber de su casa.
Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento;
corrompe su alma el que tal hace.
Heridas y vergüenza hallará,
y su afrenta nunca será borrada.
Porque los celos son el furor del hombre, y
no perdonará en el día de la venganza.
No aceptará ningún rescate, ni querrá perdonar,
aunque multipliques los regalos.
<><><><><>
Sea bendito tu manantial, y alégrate
con la mujer de tu juventud, como cierva amada
y graciosa gacela.
Sus caricias te satisfagan en todo tiempo,
y en su amor recréate siempre.
¿Y por qué, hijo mío,
andarás ciego con la mujer ajena,
y abrazarás el seno de la extraña?
Porque los caminos del hombre están ante los ojos
de Jehová, y El considera todas sus veredas.
PROVERBIOS 6:20-33, 5:18-21
<><><><><>
Padre amado, guardanos del mal y libranos de tentaciones, guardanos en el hueco de tu mano y no permitas que nada nos contamine, que podamos llegar a tu presencia limpias, puras y sin mancha, y que tu Santo Espíritu nos guarde en Tus sendas de santidad, que podamos ser luz en las tinieblas y no participar en nada del mundo para serte en todo tiempo agradables a Ti. En el nombre de Cristo Jesús, amén.