Porque el reino de Dios no es cuestión de comer
o beber determinadas cosas,
sino de vivir en justicia, paz y alegría.

En su carta a Roma, Pablo habló apasionadamente sobre tres características
del reino de Dios.
La primera es la justicia. Para Pablo, la justicia no tiene que
ver con observar los rituales religiosos, ni con lo que bebemos o comemos;
sino con la fe en Jesucristo, quien se hizo nuestra justicia al tomar nuestro
lugar en la cruz. Es Cristo quien nos justifica. Nuestra justificación entonces
nos conduce a odiar el mal, a aferrarnos a lo bueno, y a deleitarnos
en honrar a Dios y unos a otros.
Nuestro pensar y nuestro hablar justo producirá en nosotros/as un
caminar recto delante de Dios y de nuestros hermanos y hermanas.
Nuestra justificación nos conducirá a la segunda característica
del reino de Dios según Pablo:
la paz. La paz es tener tranquilidad en medio de las tormentas de la vida.

El tener paz con Dios producirá en nosotros/as una fuente de gozo-la
tercera característica según Pablo. El gozo nace del interior hacia el
exterior. El gozo no depende de las circunstancias de la vida.
¡Este gozo del Espíritu Santo nace de la paz que hallamos según
vivimos en la justicia de Cristo, en el reino!

Sr. Paul JM Kawimbe (Zambia)