EL BUEN PASTOR (Juan 10:11-21)
Jesús dijo a sus discípulos: "Yo soy el buen pastor y conozco a mis ovejas". Con esto quiso decir que Él era como un pastor para sus discípulos, y que ellos eran como un rebaño de ovejas. En ese país el pastor caminaba delante de sus ovejas y ellas lo seguían. Cada oveja tenía su propio nombre y conocía la voz de su pastor, y cuando él las llamaba, iban. El pastor se quedaba con sus ovejas noche y día para evitar que se perdieran y para protegerlas de los animales salvajes.
Sí, Jesús es nuestro pastor y está siempre con nosotros para protegernos y enseñarnos el camino al cielo.
Jesús volvió una vez más al templo y los líderes judíos lo rodearon
y le preguntaron -"Si tú eres el Hijo de Dios, ¿Por qué no lo dices?"-
Jesús les contestó -"Ya lo he dicho y no me han creído porque no son mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen y yo les doy vida eterna y no se perderán nuca, ni nadie me las quitará jamás. Mi Padre me las dio y nadie me las puede arrebatar. Mi Padre y yo una cosa somos"-.
Jesús quiso decir que El era Dios, no Dios el Padre, sino Dios el Hijo. El es tan bodadoso y grande como lo es Dios y debemos amarlo y adorarlo al igual que a Dios.
Entonces los dirigentes judíos comenzaron a tomar piedras para tirárselas y matarlo por haber dicho que era Dios, pero se escapó de ellos, salió de Jerusalén y se fue más allá del rio Jordán al lugar donde Juan lo había bautizado. Las multitudes salieron a escucharlo y muchas personas creyeron en Él.
Historias de la Biblia
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