Mi preciosa amiga Vilma
Asi es, amada, no debemos dudar
que cuando nos sentimos débiles, casi desmayar
están los brazos amantes de nuestro Padre celestial
prestos a levantarnos y sostenernos hasta cuando
Él considera que estamos fortalecidas para continuar.
El eterno Dios es tu refugio
y aca abajo los brazos eternos; Deuteronomio 33:27a.
Dios te colme de ricas bendiciones,
Perla