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Nicodemo era uno de los líderes políticos de los judíos. Una tarde, cuando cuando ya había oscurecido, fue a Jesús y le dijo: "Señor, sabemos que Dios te ha enviado, porque nadie podría hacer los milagros que Tu Haces si no estuviera Dios con él" Jesús le respondió: "Si no naces de nuevo, no podrás ser uno de los hijos de Dios"
"¿Que?", contestó Nicodemo. "¿Cómo puede una persona nacer por segunda vez? ¿Acaso puede entrar de nuevo en el cuerpo de su madre, como un bebé, y nacer otra vez?" Jesús le explicó que nacer de nuevo significaba estar dispuesto a hacer la voluntad de Dios y pedirle que le libre del pecado para que Dios pueda dar una vida nueva y abundante.
A continuacón Jesús le mencionó algo que al principio pudiera parecer un tanto extraño, le dijo: "De la misma manera que en el desierto Moisés levantó sobre un madero una serpiente, yo he de ser levantado en un madero". ¿Qué quería decir? ¿Recuerdas la vez en que el pueblo de Israel estaba en el desierto y Dios mandó serpientes venenosas? Dios le dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la pusiera sobre un poste para que todo el que fuera mordido la mirara; y el que lo hacía, sanaba.
Jesús le dijo a Nicodemo que "Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así sería El levantado. Lo levantarían en una cruz para que nosotros pudiéramos recibir el perdon de nuestros pecados. ¡Gracias a Dios porque su hijo Jesús murió en nuestro lugar!
Jesús le dijo además a Nicodemo: "Dios amó tanto al mundo que ha dado a su hijo único, para que todo aquel que cree en El, tenga vida eterna".
¡Qué maravilla saber que lo único que tenemos que hacer es creer en Jesús como nuestro Salvador! y que ahora El está en el cielo preparando un lugar donde iremos a vivir con El por la eternidad. Historias de la Biblia
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