Un alma en Pena
Se oyen voces; gente grita
de diferentes maneras.
Una multitud demanda:
"Quiero que alguien me atienda".
¿No ven que soy soy importante?
¿No le interesa mi queja?
Necesario es que me oigan;
y se rompan mis cadenas.
¿No ven cómo estoy sufriendo
en estas llamas que queman?
¿No escuchan mis alaridos
de tantas formas diversas?
¿Cómo es posible que viendo
sigan como si no vieran?
No atienden mi sufrimiento;
tienen corazón de piedra.
Oyen todos mis lamentos;
tal parece que no oyeran
¿No ven que yo necesito
que resuelvan mi problema?
¿Dónde está el samaritano?
¿Dónde está la madre buena?
¿Habrá alguien ene ste sitio
que de mí se compadezca?
Me siento como en la cárcel
prisionero, con cadenas
¿Habrá acaso una esperanza?
Esperar, ¿valdrá la pena?
Es la triste condición
de aquel que con Dios no cuenta;
vivió su propia opinión
y estas son las consecuencias.
Para tí va mi consejo:
Aprende de esta experiencia;
Recibe a tu Salvador ...
Echa mano de la oferta.
JESUCRISTO que es la Luz ...
alumbrará tus tinieblas.
-- Zaida C. de Ramón --